Extranjero en casa: el choque cultural inverso
A veces pasa que, al volver a casa después de un tiempo de paseo o vacaciones, nos sentimos de ánimo decaído. Es como una sensación de que o no hemos disfrutado todo lo que queríamos o que no tenemos fuerza para retomar la rutina. Las horas pasan mientras hacemos nuestras cosas, pero se siente una extrañeza en el andar. ¿Qué pasa cuando el tiempo que hemos estado fuera ha sido por meses o incluso años? ¿Qué es el síndrome del choque cultural inverso? ¿Cuáles son sus síntomas?
Un tiempo fuera
La sensación de extrañamiento que tenemos al volver de un tiempo fuera de nuestro hogar, a veces, puede tener una notoria intensidad. Un dejo de nostalgia, tristeza y muchas dificultades para reinsertarse en la rutina diaria son factores comunes al retornar de unas vacaciones. Con algo de tiempo estas sensaciones suelen menguar y la vuelta a la cotidianeidad resulta inevitable.
Es otra la historia para quienes han pasado largas temporadas fuera de casa y del propio país. A ellos les espera a su retorno lo que se conoce como el síndrome del choque cultural inverso.
¿Qué es el síndrome del choque cultural inverso?
Aquellos que han salido del país por una temporada, ya sea por trabajo, vacaciones o estudio, pueden experimentar una cierta nostalgia al volver al hogar. Es como si, de algún modo, ese sitio que antaño fuera tan propio se convirtiera en un lugar lejano con costumbres a las que no estamos adaptados.
Lejos del hogar se transita por otras culturas y lenguajes, se aprenden y adquieren nuevas formas que nos deslumbran. Al cabo de un tiempo, las incorporamos y hacemos nuestras. Nos apropiamos de usos que ni siquiera contemplábamos.
Cuando se emprende el camino de vuelta, hay muchas cosas que se han atesorado en el cajón de los recuerdos y otras que se han olvidado con mucha facilidad. Al retornar, se produce una especie de choque. Aquellas memorias del hogar pueden chocar con la cambiante realidad que no percibimos. El viajero rápidamente da contra una pared si no sabe canalizar los sentimientos que este encuentro le provoca.
Cuanta más agua ha corrido bajo el puente en ambos sitios, más difícil es. Volver a utilizar unos zapatos que no usamos hace tanto tiempo puede ser doloroso.
Síntomas del choque cultural inverso
Aunque este fenómeno no constituya un cuadro psicopatológico por sí mismo, puede tener síntomas propios de los cuadros de ansiedad. Quienes regresan a su país de origen luego de un tiempo frecuentemente experimentan dificultades para canalizar sus emociones, problemas al dormir y un ánimo decaído. A ello se suman dificultades en la alimentación y en la reinserción social.
¿Cómo transitar el choque cultural inverso?
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Aceptar lo que sucede
Lo primero es comprender lo que está sucediendo para poder aceptarlo. Seguramente los síntomas de la ansiedad están a flor de piel.
Saber algo sobre los síntomas y tratamiento de la ansiedad puede serte de utilidad.
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Corregir pensamientos distorsionados
Todo es diferente. Acá todo es horrible, está mal y allá todo es espectacular.
Al volver, existe una tendencia a catastrofizar todo. A sobregeneralizar y, en general, a cometer toda clase de errores en el pensamiento. Discutir con todas esas ideas erróneas nos ayuda a no sentirnos tan mal.
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Practicar técnicas de relajación
Los síntomas que se producen en la ansiedad son tanto del pensamiento, como físicos y emocionales. Para contrarrestar los síntomas físicos, como la taquicardía, la sudoración o el nudo en la garganta, conviene practicar algunas técnicas de relajación. Podés practicar el método de relajación muscular progresiva de Jacobson.
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Reconectarse
Tender puentes entre lo nuevo y lo viejo ayuda a la recuperación emocional. Reconectarse con viejos amigos y la familia que nos han estado esperando, y también perseverar en las relaciones que hicimos cuando estuvimos de viaje. La tecnología puede sernos de utilidad a este fin.
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Pedir ayuda
No es una mala idea pedir ayuda cuando nos sentimos abrumados por nuestros sentimientos y nos cuesta avanzar. Necesitar la ayuda de un profesional no tiene nada de malo y puede ser el catalizador del cambio y la mejoría.
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